El fenómeno se produce desde hace mucho tiempo. En zona céntrica de la ciudad, por la noche, se divisan en multitudes, apostados
en los árboles, esperando el amanecer.
Su canto y chirridos al pasar, invitan a levantar la mirada y encontrarlos allí, todos amuchados, cuyos colores contrastan con el fondo claro de elegantes edificaciones.