Evangelio según San Marcos 2,1-12.
Jesús volvió a Cafarnaún y se difundió la noticia de que estaba en la casa.


Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siquiera delante de la puerta, y él les anunciaba la Palabra.
Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres.
Y como no podían acercarlo a él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico.
Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: "Hijo, tus pecados te son perdonados".
Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior:
"¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?"
Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: "¿Qué están pensando?
¿Qué es más fácil, decir al paralítico: 'Tus pecados te son perdonados', o 'Levántate, toma tu camilla y camina'?
Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados
-dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa".
El se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: "Nunca hemos visto nada igual".

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

San Hilario (c. 315-367)
obispo de Poitiers y doctor de la Iglesia
Comentario al evangelio de Mateo, 8,5

«Levántate, coge tu camilla y vete a tu casa»
[En el evangelio de Mateo, Jesús acaba de curar, en territorio pagano, a dos extranjeros.] En este paralítico, es la totalidad de los paganos que se presenta ante Cristo para ser curados. Pero incluso las mismas palabras de la curación deben ser estudiadas: no dice al paralítico: «Queda sano», ni tampoco: «Levántate y anda», sino «¡Ánimo, hijo, tus pecados están perdonados» (Mt 9,2). Por un solo hombre, Adán, los pecados se transmitieron a todas las naciones. Es por eso que, el que es llamado hijo, es presentado para ser curado..., porque él es la primera obra de Dios...; ahora recibe la misericordia que viene del perdón de la primera desobediencia. En efecto, no vemos que este paralítico haya cometido algún pecado; y en otra parte el Señor había dicho que la ceguera de nacimiento no se había contraído como consecuencia de un pecado personal o hereditario (Jn 9,3)...
Nadie que no sea Dios puede perdonar pecados, así pues, el que los perdona es Dios... Y para que se pueda comprender que había tomado nuestra carne para perdonar a las almas sus pecados y para dar la resurrección a los cuerpos, dice: «Para que veáis que el Hijo del hombre tiene potestad en la tierra para perdonar pecados, dice al paralítico: 'Levántate», pero... añade: «Coge tu camilla y vete a tu casa». Primero concedió el perdón de los pecados, seguidamente mostró el poder de la resurrección, después, haciéndole coger la camilla, enseñó que la debilidad y el dolor ya no afectarán más al cuerpo. Finalmente, mandando al hombre curado que regresara a su casa, enseñó que los creyentes deben encontrar el camino que conduce de nuevo al paraíso; ése camino que Adán, padre de todos los hombres, abandonó cuando quedó roto por la mancha del pecado.