Evangelio según San Juan 10,1-10.
Jesús dijo a los fariseos: "Les aseguro que el que no entra por la puerta en el corral de las ovejas, sino por otro lado, es
un ladrón y un asaltante.
El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. El llama a cada una por su nombre y las hace salir.
Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz.
Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen su voz".
Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron lo que les quería decir.
Entonces Jesús prosiguió: "Les aseguro que yo soy la puerta de las ovejas.
Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado.
Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá entrar y salir, y encontrará su alimento.
El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia."
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.
San Juan Damasceno (c. 675-749)
monje, teólogo, doctor de la Iglesia
Exposición de la fe ortodoxa, 1
Oración de un pastor al Buen Pastor
A tal extremo, oh Cristo, mi Dios, te humillaste, para cargarme a mi, oveja descarriada, sobre tus hombros y apacentarme en verdes praderas y nutrirme con las aguas de la sana doctrina por medio de tus pastores, los cuales, apacentados por ti, apacientan a su vez a tu eximia y elegida grey.
Ahora, Señor, me has llamado, por medio de tu obispo, al servicio de tus discípulos. Con qué designio hayas hecho tal cosa, yo lo ignoro; tú eres el único que lo sabes.
Señor, aligera la pesada carga de mis pecados, con los que te he ofendido gravemente; purifica mi mente y mi corazón. Sé para mí como una lámpara encendida que me guíe por el camino recto.
Abre mi boca para que hable rectamente, haz que la lengua de fuego de tu Espíritu me conceda un lenguaje claro y expedito, de modo que tu presencia nunca me abandone.
Apaciéntame, Señor, y haz tú de pastor junto conmigo, para que mi corazón no me desvíe a derecha o izquierda, sino que tu Espíritu bueno me guíe por el camino recto, y así mis obras sean hechas conforme a tu voluntad, hasta el último momento.