1) Si me aman: A lo que nos mueve el Espíritu Santo es a amarnos para amar, porque sentir el amor de Dios es lo que me lleva a llevarlo y proclamarlo. Cuando pedimos un nuevo Pentecostés en la Iglesia lo que pedimos es volver a creer y volver a sentir que Dios está en mí y que está más vivo que nunca. Es el amor de Dios el que motiva y confirma a la Iglesia su misión.
2) Habitar: Estar con Dios implica una relación , un constante estar. Es saber que Dios está en mí y yo en Él. Hoy pedile que te ayude a ver su presencia en vos y en tu corazón, que te ayude a comprender que todo lo podés pasar, incluso lo más difícil, sabiendo que está con vos y que te acompaña. La vida sin Dios se hace difícil y, cuando uno lo encuentra, se convence de que hay algo más y de que nunca caen las oportunidades.
3) Recordará: Es fácil que nos olvidemos y hasta incluso podemos perdernos de la esencia que Jesús nos propone. Y, en vez de ver la religión como un facilitador de la vida, podemos ver la religión como un fanatiquizarnos de la vida y eso nos lleva a olvidarnos de ser anunciadores, para convertirnos en adoctrinadores. Que el Espíritu Santo nos renueve como Iglesia. Algo bueno está por venir.