La voluntad
1) Los que dicen: Muchas veces creemos o reducimos la vida a un mero cumplimiento, por lo cual pensamos que todo se reduce a un cumplido. En este
camino de la vida he aprendido que no es lo mismo ser un cumplidor de la ley a ser un evangelizador de fe. En mis inicios como cura casi que me convertí en un levita o fariseo. Hasta me juntaba con curas para criticar a otros curas, desde su forma de vestir o hasta su forma de predicar. Me creía o nos creíamos que nosotros éramos los curas puros y los otros curas eran los leprosos. Pero cuando yo me vi juzgado y hasta condenado, incluso por estos mismos curas con los que me juntaba, ahí comprendí que el equivocado era yo. Es muy fácil ponerse en la vereda del juez y medir a las personas por cumplir ritos o por el vestir ante los ritos, pero también el juzgar por los hijos o por la familia que vino o que viene. La vida da sorpresas y es muy fácil pasar de ser abogado acusador al banquillo de los acusados.
2) Apártense: Uno puede hacer muchas cosas de bien, pero son las actitudes y la búsqueda del porqué lo que hace prevalecer. Es como ese grupo de mujeres y hombres que se juntaban a rezar el Rosario los miércoles. Terminaba la oración del rosario y luego venía la charla formativa, pero continuaba el cafecito destructor, porque luego de la oración en el cafecito se hablaba de todos y se destruía con las críticas hasta al mejor postor, no se salvaba nadie. Son las intenciones las que fortalecen las acciones.
3) Roca: Poné tus bases en claro y date cuenta cuáles son las cosas a las que merece dar espacio en tu vida y cuáles cosas es necesario dejarlas de lado. No es la cantidad de cosas lo que tienes que priorizar, sino la calidad de las cosas que haces. Da espacio en tu vida a lo que le dará un aporte para toda tu vida. Algo bueno está por venir.