1) Su madre: En el transcurso de la vida uno va comprendiendo que la vida te va poniendo familia que, posiblemente, esté más presente en tu vida que la misma familia de sangre. Porque en esta vida comprendemos que hay hermanos de sangre y hay hermanos de la vida. Esos que te acompañan en los momentos duros y difíciles así como cuando estás en caída o te sientes destruído. Uno va comprendiendo que lo sanguíneo une hasta cierto momento, pero aquellos que te acompañan en las buenas y en las malas no son muchas veces los que estuvieron en tu nacimiento. Por eso valora a esos familiares que te pone la vida, porque la vida misma te va gestando nueva familia.

2) Multitud: La gente siempre puede hacerte tomar distancia de tu familia y de tu gente querida. No dejes que el trajín cotidiano te haga perder momentos con tus cercanos. Tampoco dejes que la gente que te busca, para que le resuelvas cosas, te haga olvidar de tu esencia y tu cable a tierra que son tu familia y tus cercanos. Date el tiempo para buscar tu espacio.

3) Practican: Hacer la voluntad de Dios es lo esencial. Es importante ir encontrando en vos la presencia de un Cristo cercano. La clave es saberte entusiasmado por vivir. Date la oportunidad de vivir en fe con Dios y aprender a escuchar lo que Dios te pide… no dejes de mirar tu interior para comprender qué es lo que quiere Dios para tu vivir.