1) Brotes: Cuando aprendí a manejar, mi papá siempre me decía: “Para manejar bien hay que saber mirar los espejos” y así aprendí que debo mirar hacia dónde voy, pero también debo ver lo que puede suceder con lo que hay a mi costado y hacia atrás. En la vida pasa igual, mira tu objetivo y hacia dónde querés dirigir tu vida, pero también mira a quién tenés a tu lado y quiénes forman parte de tu pasado. Porque sin darte cuenta te pueden obstruir el camino o llevarte por delante. Mira bien dónde vas para saber en qué momento vas a tener que adelantarte y en qué momento vas a tener que saber esperar, porque los choques más fuertes vienen de atrás más que de frente, por eso mira siempre dónde estás.
2) Cerca: Dios es un Dios cercano y te muestra cada día que no pasa tu relación con Dios por tantas cosas que hagas, sino por saberlo reconocer en cada cosa que hagas o que pasas. Aprende a relacionarte con Dios en el día a día y recuerda que vivir una relación con Cristo no pasa por tantas normas o directivas, pasa por un encuentro y por una relación fresca y que te anima, por eso date el tiempo de meterte en tu interior y ver cómo fortaleces esa relación con Dios día a día.
3) Pasarán: Dios no se pasa. Vos podrás alejarte de Dios, pero Dios nunca se aleja de vos. Una vez, no hace mucho, me había enojado mucho con Dios porque sentía que lo daba todo y que la gente me exigía y exigía, pero nunca veían todo lo que hacía. Hace unos días me pasó que, cuando todavía sigo pagando deudas de la construcción del templo y de los salones, vino un integrante de la parroquia a preguntarme cuándo iba a pintar las aulas que faltaban, y hasta como medio enojado, “porque queda feo así”. Dentro mío decía “¿pero no sabe todo lo que debo y todo lo que estoy y estamos haciendo para pagar las deudas?” Entonces como que me enojé con Dios. Pero ese mismo día vino una niña de 9 años a agradecerme porque le di su primera comunión y nunca había disfrutado de la misa como ese día. Dije dentro de mi “cómo obra Dios”. Allí se me pasó el enojo porque comprendí que, mientras otros todo el tiempo te exigen hay otros que, en nombre de Dios, te consuelan. La clave es que mires el todo y no te quedes mirando lo que te enoja solamente.




































