1) Gozo: Ser sencillo es lo que te hace grande. Y lo que das, vuelve; pero recuerda que lo que callas, tarde o temprano pesa. Y lo que trabajas, tarde o temprano también se nota. Recuerda que lo que crees crea, porque lo que eres siempre habla más fuerte que lo que dices hacer.

2) Padre: Siempre la prudencia te ayuda a crecer y a saberte un grande, porque en esta vida se busca constantemente lo sobrenatural, crecer en el día a día. Por eso, pedile a Dios que te de la fuerza para seguir adelante con todo lo que te toca enfrentar y no tengas miedo de mirar al cielo, porque eso te recuerda lo pequeño que somos, pero cuánto necesitamos siempre de Él.

3) Ver: Séneca decía que no sufrimos por las cosas, sino por lo que pensamos de ellas. Recordá que vos tenés el poder de darle el significado a las cosas que vives. Y, cuando cambia el significado, cambian las heridas. Esto me recuerda a una feligresa que me dijo: “Mi papá me abandonó…”, y, cada vez que lo decía, se le llenaban los ojos de lágrimas; hasta le costaba decirlo. Después de mucho trabajo y de mucha charla espiritual logró hacer un cambio. Empezó a decir: “Ese señor se perdió de conocer a esta hija que soy hoy”. La situación no cambió, sino que cambió la interpretación que ella le dio a la situación. Ahí uno entiende que la gente herida hiere, que la rabia de otros no define tu valor, y que el pasado no tiene que seguir doliendo. Por eso en tu vida espiritual, fortaleciéndote, podrás lograr ver que las situaciones no te rompen, sino que te liberan. Algo bueno está por venir.