Jesús, buen día. En este domingo gris y lluvioso pedimos que la tormenta no complique más la vida de quienes menos tienen, especialmente en los
barrios más humildes.
El Evangelio de hoy nos recuerda que no se trata de figurar ni de buscar aplausos, sino de abrir las puertas e invitar a quienes nunca fueron invitados, llegar hasta las orillas —como dice el Papa Francisco— y acompañar a los que siempre quedaron afuera.
Nuestra misión es generar esperanza y buenas noticias para los pobres y olvidados, para que todos tengan la posibilidad de vivir mejor y salir adelante.
🎥 Compartimos la reflexión completa en este video.