Martes sereno, despierta la mañana,
el aire aún frío recuerda el alba temprana.
Mínima nueve, frescura que abraza,
máxima veintidós, calor que se desplaza.
El sol recorre lento la ciudad,
vistiendo de oro calles y verdad.
Entre sombras cortas y brisas ligeras,
se abre la jornada, limpia y sincera.