“Jamás me ha pasado por la cabeza la idea de vengarme: he rogado y ruego por los que me denigran.
Sí, que alguna vez he dicho al Señor: "Señor, si para convertirlos es necesario algún latigazo, dáselos también, con tal de que se salven”� (AD, 127).
“Jamás me ha pasado por la cabeza la idea de vengarme: he rogado y ruego por los que me denigran.
Sí, que alguna vez he dicho al Señor: "Señor, si para convertirlos es necesario algún latigazo, dáselos también, con tal de que se salven”� (AD, 127).