“La bondad divina no sólo no rechaza a las almas arrepentidas, sino que va también en busca de las contumaces” (CE, 11).
⭐ Sentido de la frase según la espiritualidad del Padre Pío
“La bondad divina no sólo no rechaza a las almas arrepentidas, sino que va también en busca de las contumaces.” (CE, 11)
Para el Padre Pío, Dios no es sólo un juez que espera el arrepentimiento, sino un Padre que busca activamente a sus hijos, incluso a los más alejados.
No rechaza a las almas arrepentidas:
Dios recibe con ternura y perdón a quien regresa, sin reproches, igual que el Padre del hijo pródigo.
También va en busca de los contumaces:
“Contumaces” significa tercos, obstinados, los que persisten en el pecado o se rehúsan a acercarse.
Según el Padre Pío, la misericordia de Dios es tan grande que no se queda esperando, sino que sale al encuentro, persigue con amor, toca el corazón una y otra vez, sin cansarse.
En palabras simples del propio espíritu del Padre Pío:
“Dios no sólo abraza al que vuelve; también corre a buscar al que se escapa.”




































